lunes, 21 de septiembre de 2009

La relación con la ex-pareja tras el divorcio

Fuente: “Therapeutic Mediation: A Saner Way of Disputing”, by Beth M. Erickson, Journal of the American Academy of Matrimonial Lawyers, Volume 14 1997 Number 2.

Cómo será la relación de dos personas que se acaban de divorciar dependerá de muchos factores, entre ellos las causas de la separación, la etapa emocional en la que se encuentre cada uno y si procrearon o no hijos. El divorcio, con toda probabilidad afecte sus relaciones con familiares, amigos y conocidos, y hasta con colegas y compañeros de trabajo si laboran en el mismo lugar.

“El divorcio es un proceso lleno de emociones fuertes que tienden a afectar los estados de ánimo y las conductas de los integrantes de la pareja y personas allegadas a estos individuos, incluyendo a los hijos”, establece la doctora Monique Jiménez, psicóloga clínica que imparte el curso de Terapia de Familia en la Universidad Carlos Albizu.

La doctora, que en su práctica privada se especializa en niños y adolescentes, conoce el asunto de primera mano pues el divorcio es el problema que más afecta a sus jóvenes pacientes. Destaca que las estadísticas en Estados Unidos indican que aproximadamente 50% de los matrimonios en primeras nupcias terminan en divorcio, mientras que de 60 a 75% de las uniones en segundas nupcias fracasa. Considera que los porcentajes se repiten en Puerto Rico.

“Se estima que más de un millón de niños son afectados por el divorcio en Estados Unidos”, apunta Jiménez. Dice que los estimados pueden extrapolarse a Puerto Rico.

“Es un tema que está siendo experimentado y afecta a una cantidad de adultos bastante grande. Asimismo, afecta a adultos al igual que a niños. Puede también afectar conductas en el trabajo, la motivación, o sea, que pudiera afectar la vida completa de estos individuos; no solamente en el ámbito de la familia”, agrega la psicóloga del Children and Adolescents Psicological Services.

Algunos de los elementos que afectan la respuesta de las personas a un proceso de divorcio son cultura, creencias religiosas, crianza y expectativas de los individuos respecto a una pareja. Otro elemento que Jiménez destaca es la causa de la separación y el cómo manejen la comunicación de acuerdo con el nuevo rol.

La especialista indica que en casos donde la causa del divorcio es abuso, maltrato o infidelidad las personas evitan relacionarse porque hacerlo les afectaría; se alejan para mantenerse saludables física y emocionalmente. Mientras, otras se ven forzadas a mantener una relación cordial, usualmente porque tienen hijos y comparten la custodia.

“Personas que sí mantienen una relación con su ex pareja sencillamente se dieron cuenta de que aunque el matrimonio no funcionó, en su autoestima propia no les afecta mantener esa amistad. Se dieron cuenta de que la relación romántica no era para ellos, pueden definir su relación como una de amigos y no de pareja romántica, hacerlo bien claro, y no hay expectativas de que regresen”, describe.

Sin embargo, Jiménez insiste en que durante el proceso de divorcio cada miembro de la pareja puede estar en una etapa emocional diferente y quizás uno de ellos no esté listo para llevar un nuevo tipo de relación. Para sanar emocionalmente, dice la psicóloga, estos individuos necesitan una separación física y cambiar todo a su alrededor, encontrar un camino nuevo, saludable y en el que se sientan contentos consigo mismos.

Si la pareja no tiene hijos, el proceso puede ser más fácil o menos complejo, pues cada cual decide si desea mantener una relación con el otro o no, y no hay nada que los ate. Incluso si comparten otras relaciones -familiares, con amigos cercanos o compañeros de trabajo- la situación se puede manejar bien si se comunican efectivamente las emociones y los nuevos roles a esas personas cuando se entienda necesario. Pero si tienen hijos entonces deben procurar el bienestar de éstos, sobre todo si aún son menores.

“El rol de estos adultos pudiera cambiar completamente en cómo ellos se relacionan. Puede tomar tiempo en lo que se adaptan a estos nuevos roles o papeles. Es importante que esta ex pareja que ahora se va a comunicar con relación a sus hijos tenga una comunicación efectiva”, sostiene la psicóloga especialista en niños y adolescentes.

Para lograrlo pueden limitar las conversaciones a temas sobre los chicos y sus necesidades, y enfocarse en mantener una relación cordial sin entrar en las dificultades que tuvieron como pareja.

Deben reconocer que inevitablemente tendrán que encontrarse y compartir en eventos sociales como cumpleaños y graduaciones, e incluso llegará el momento en que participen sus nuevas parejas.

Para minimizar el impacto negativo en los hijos deben hablar positivo el uno del otro con ellos y evitar discusiones en su presencia. Se le aconseja a aquel progenitor que no tenga la custodia primaria o completa, que mantenga contacto y comunicación constante con sus hijos pues esto, tal y como asegura Jiménez, ayuda a que su relación con ellos y con la ex pareja sea más saludable.

En muchos casos es recomendable acudir a la mediación terapeútica.

Un equipo interdisciplinario compuesto por una abogada especialista en derecho de familia y una terapista matrimonial y de familia certificada ofrecen lassiguientes recomendaciones que surgen de su propuesta de Mediación Terapéutica, publicada en el boletín de la American Academy of Matrimonial Lawyers.

•Identificar y resolver el impasse que comprometió el matrimonio para que esas mismas tendencias no creen un impasse en el proceso de divorcio.

•Enseñar a las dos personas a relacionarse mientras logran los acuerdos legales.

•Dirigir a ambas partes para que aprendan a relacionarse de una nueva forma luego del divorcio, lo que resulta particularmente importante si hay niños.

•Mirar la relación desde una perspectiva sistémica -como un todo- e identificar sus dinámicas principales para que cada uno se comprometa y facilite el logro de acuerdos.

•Ayudar a las partes a asumir responsabilidad en la solución de sus problemas.

•Buscar un cierto grado de entendimiento mutuo para que la pareja pueda colaborar en la resolución de sus asuntos.

•La mediación permite ayudar a ambas partes a llegar a acuerdos luego de que han explorado sus diferencias y dificultades, desarrollado opciones y considerado alternativas a lo largo del proceso.


Artículo publicado en nuestra Web originalmente el día 16-11-2007
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